En primer lugar remojamos los garbanzos crudos durante 24 horas.
Metemos en el accesorio picador los garbanzos y trituramos. Añadimos el ajo, la cebolla, en cilantro, el perejil, comino, el bicarbonato, la pimienta, cayena y sal y seguimos truiturando.
Machacamos las semillas de cilantro y añadimos a la mezcla.
Revolvemos la mezcla y añadimos pan rallado hasta que la masa permita darle forma correctamente.
Dejamos reposar 60 minutos para que los sabores se asienten y formamos pequeñas bolitas que aplastaremos ligeramente. No deben ser muy grandes para que se puedan cocinar bien.
Para freírlas es importante que el aceite este muy caliente al echarlos, para evitar que absorban demasiado aceite. Cuando cojan color bajamos un poco el fuego y los doramos bien. Es importante hacerlos bastante para que se cocine el garbanzo y se potencien los sabores de las especias. Al retirarlos los apoyamos sobre una servilleta absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Salsa de yogur
Para la salsa de yogur en primer lugar picamos y machacamos con un mortero el ajo y la hierbabuena para extraer todo su sabor.
Mezclamos con el yogur y el resto de los ingredientes. A mi me gusta reposar la salsa en la nevera el mismo tiempo que el falafel para que asiente bien los sabores. ¡Combinan a la perfección!